¿Por qué no hay un enchufe universal?
Cuando se extendió la electricidad a los hogares, se utilizaba sobre todo para iluminación, en sustitución de la más peligrosa luz de gas. Sin embargo, como se convirtió en una alternativa viable a otros medios de calefacción y además del desarrollo de aparatos que ahorran trabajo (utensilios, electrodomésticos, etcétera), fue necesario un medio de conexión al suministro diferente a la toma de luz. En 1883 apareció el enchufe de dos pines.
En esa época, algunas compañías eléctricas operaban con sistemas de tarifación divididos donde el coste de la electricidad para la luz era más bajo que para otras cosas, lo cual llevó a que los aparatos de bajo voltaje (como los aspiradores, secadores de pelo..) fuesen conectados a la toma de luz. La foto muestra una tostadora eléctrica de 1909 con una clavija de enchufe de bombilla.
Como creció la necesidad de instalaciones más seguras, surgieron los enchufes de tres clavijas. La tercera clavija del enchufe era la clavija de toma de tierra, que se conectaba efectivamente en tierra, siendo este del mismo potencial que la red de suministro neutra. La idea detrás de todo esto era que en caso de un cortocircuito en tierra, el fusible se fundiese y de este modo se desconectase del suministro.