Fue una revolución en la comunicación: la escritura permitió a las personas intercambiar información sin conocerse. La escritura también hizo posible almacenar información, creando una reserva de conocimiento mucho más allá de la capacidad de un solo ser humano para dominarla, y al mismo tiempo accesible a todos. La escritura se considera el umbral de la historia, porque puso fin a la tradición oral, con todas sus imprecisiones. Por último, entre las innumerables ventajas creadas por la escritura, nos permite captar nuestras ideas a medida que surgen y, con el tiempo, ordenarlas y examinarlas, revisarlas, añadirles, restarles y rectificarlas para alcanzar un rigor lógico y una profundidad de pensamiento que de otro modo serían imposibles.